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Sinopsis

En la corte existía una tradición centenaria que consistía en que el emperador y la emperatriz lavasen los pies el día de jueves santo a 12 hombres y mujeres de edad avanzada. Esto ocurría como recordatorio al lavatorio de pies de Cristo a los 12 apóstoles.La ceremonia se celebraba con personas de edad avanzada y necesitadas, que tras un cuidadoso reconocimiento médico y un aseo minucioso se presentaban el jueves santo en la corte. Después del lavatorio de pies y de una comida con platos tradicionales de cuaresma, las personas escogidas recibían como regalo una jarra con tapa de loza y vino blanco, un vaso de plata con águila doble y el número del año, comida y una bolsa con 30 monedas de plata que recordaban a los 30 denarios de Judas el traidor. Los dos lavabos dorados son obra de los mejores orfebres de Augsburgo del siglo XVIII. Se utilizaban para los bautizos de los Habsburgo, para el ceremonial de lavado del banquete público y para el lav