Líderes Mujeres

Hombres necios que acusáis a la mujer, sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis; si con ansia sin igual solicitáis su desdén, por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal? Combatís su resistencia y luego, con gravedad, decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia. ¿Qué humor puede ser más raro que el que, falto de consejo, él mismo empaña el espejo y siente que no esté claro? Sor Juana Inés de la Cruz desnuda la doble moral del machismo con estas célebres redondillas. Ese machismo, cual muralla misógina bloquea el encuentro de hombres y mujeres como iguales, ese machismo que engaña y manipula. Muchos historiadores quieren reducir a Sor Juana como a una monja poetisa extraordinaria de la Nueva España, y no como a la primera feminista del nuevo mundo. Quieren invisibilizar a la defensora de las mujeres, a la filósofa, a la mujer libre y valiente que se atrevió a criticar a la hipocrecia del hombre en una sociedad patriarcal que gozaba de la complacencia de la iglesia.